Hay centinelas en este mundo extraño, podría decirse que cabalgan en la noche sobre el viento azulado, la manera de cabalgar las nubes es sencilla, utilizan la luz divina, su vuelo no es como el de las aves o como el de cualquier cosa que hayamos visto, su vuelo es imperceptible y perfecto, incluso podría decirse que no vuelan pues ellos son el viento y la luz y las nubes.
Esta clase que habita en veces con nosotros busca incansablemente una sola cosa: la eterna existencia, tienen todo planeado, sus avances científicos son extremadamente exactos y solo faltan pocas cosas, toda la teoría recopilada durante mas de 1 millón de años se basa en una frase que desde hace tiempo no los deja dormir: El hombre es mortal, su alma infinita.
Es por ello que de vez en vez, cuando miramos al cielo hay luces extrañas. Están a un pequeño paso de lograr tal hazaña de desaparecer sin desaparecer, de quedarse sin estar, encontraron un elemento que funciona por un tiempo, pero tienen que reponerlo en cada tanto, solo les falta encontrar esa parte, reconstruir todo lo perdido, encontrar la manera de no estar y sentir todo de donde no estás, quieren hacerse visibles de lo invisible y recuperar la carne sin tener carne.
Quisieran darle forma al aire sin necesitar del agua el fuego o la tierra, para nosotros eso es imposible, pero ellos saben que en alguna parte están los pedazos del alma, escondidos entre el aire y la luz.
La carne es pesada, transitoria y dura poco, pero es como una caja que puede guardar y comerse al mundo y a las almas y al hombre eterno.
♫ Traces de Built to Spill