Desde el momento en el que nací, supe que tenía un pequeño costal de palabras justo en mi hombro, cómo el de los caminantes. Este costal almacena palabras, almacena todas las palabras que pasan por mi mente.
De dicho costal yo tomó las palabras para llevarlas a mi boca de ahí las tiro o las regalo, las dedico, las escribo, las suelto al viento para que vuelen, sin embargo el costal tiene un infinito y allí es dónde está la mayoría de las palabras que me hacen ser yo. Mi mente lo llena, mis ojos acomodan las palabras.
Algunas palabras se escapan como aves a de sus jaulas, y dicen cosas que aveces no quisiera decir, hay también aquellas otras que se guardan en el fondo, las cuales ni aun sacando todas las palabras del costal puedo liberarlas y no es porque no quiera hacerlo, sino porque es imposible, están atoradas y están viejas, algunas obsoletas y oxidadas.
Hoy hay demasiadas palabras pesadas en el costal y camino con ellas mirando al suelo con un dolor de espalda que no me deja correr.
Lamento pronunciar palabras vanas y superficiales y lamento más el no poder sacar estas palabras que están atoradas y que me vuelven impotente y triste, ojalá existiera alguien que me pudiera ayudar a limpiar el costal que me hace lenta y pesada el alma.
De dicho costal yo tomó las palabras para llevarlas a mi boca de ahí las tiro o las regalo, las dedico, las escribo, las suelto al viento para que vuelen, sin embargo el costal tiene un infinito y allí es dónde está la mayoría de las palabras que me hacen ser yo. Mi mente lo llena, mis ojos acomodan las palabras.
Algunas palabras se escapan como aves a de sus jaulas, y dicen cosas que aveces no quisiera decir, hay también aquellas otras que se guardan en el fondo, las cuales ni aun sacando todas las palabras del costal puedo liberarlas y no es porque no quiera hacerlo, sino porque es imposible, están atoradas y están viejas, algunas obsoletas y oxidadas.
Hoy hay demasiadas palabras pesadas en el costal y camino con ellas mirando al suelo con un dolor de espalda que no me deja correr.
Lamento pronunciar palabras vanas y superficiales y lamento más el no poder sacar estas palabras que están atoradas y que me vuelven impotente y triste, ojalá existiera alguien que me pudiera ayudar a limpiar el costal que me hace lenta y pesada el alma.
♫ Everybody’s gotta learn sometimes de Beck