El sol golpeó las sombras de su dormitorio, él le intercambió una dolorosa mirada de vida, probó los segundos fríos, la muerte se resbaló y le tumbó el sombrero, el viejo suspiro que le alivió siempre.
Cayó entre las ramas para hacerse pequeño, las hojas lo cubrieron, el agua abrasándose de sus piernas quedó dormida.
Sus ramas desparramadas se dirigían al sol para tocarlo, un pájaro lo ayudó.
-Olvidaste algo- le dijo el ave – olvidaste tu caja.
Se encogió y de nuevo comenzó a crecer – ¡Olvidé mi caja!
*Fiddlegree de Clogs
2 comentarios:
que lindo escribes benito
si quiere le presto mis zapatos. a mi me gusta andar descalza.
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