domingo, octubre 12, 2008

Dictado audiogenético, sordo.

La mesa se quedó allí, vacía, ya no existen las plumas, se extinguieron las aves de tinta, y ahora solo hay que presionar cuadrados, pero ya ni siquiera como las maquinas de escribir, pesadas llenas de herrumbe, en la basura. Golpeando se plasma y no rozando el papel errante.
Hay máquinas, miles de ellas, millones, que oscurecen y acumulan en cajas la esperanza. Las luces salen de las cajas y todos las ven, pero nadie, jamás, podrá tocarlas.
Hay sonidos que llegan de fuera, que parecen tener sentido y alma, caen con suavidad como la brisa de la lluvia y los respiras y se vuelven de tu sangre para siempre.

Esta conciencia no es incoherente, podría decir cualquier cosa, castañuelas, limones, putas de madera, elefantes estrellados, tela crustácea, mediolésimas, dinero alado, patos. Pero se ha muerto esa tinta junto con las palomas mensajeras, fueron asesinadas antes de llegar al desierto donde vivimos todos.

♫Ma Fleur de The Cinematic Orchestra

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