Andrei Machado es un brasileño que me imagino ha de vivir en algo así como una cueva donde las piedras son enredaderas, justo debajo del sol, rodeado de árboles, su compañía son las gaviotas y palomas , al menos en el viento, porque en la tierra las tortugas le han de saludar con la cabeza.
Andrei es esa música natural y minimalista, es un estéta de lo audible, las vibraciones que produce de cualquier instrumento que utilice se interpretan en la imaginación como la brisa de una cascada o el hipnotismo que causan las olas del mar.
Andrei nos recuerda que el hombre es parte de la naturaleza y esa naturaleza del hombre es la que transmite este joven de 21 años con notas de quietud, de viento, de agua de fuego y tierra.
Andrei es esa música natural y minimalista, es un estéta de lo audible, las vibraciones que produce de cualquier instrumento que utilice se interpretan en la imaginación como la brisa de una cascada o el hipnotismo que causan las olas del mar.
Andrei nos recuerda que el hombre es parte de la naturaleza y esa naturaleza del hombre es la que transmite este joven de 21 años con notas de quietud, de viento, de agua de fuego y tierra.
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