miércoles, agosto 31, 2011

Pablo VI dirigió un mensaje a los artistas en la clausura del Concilio Ecuménico Vaticano II, el 8 de diciembre de 1965: “A todos vosotros –proclamó solemnemente– la Iglesia del Concilio os dice: ¡si sois amigos del verdadero arte, sois nuestros amigos!” (Enchiridion Vaticanum, 1, p. 305). Y agregó: “este mundo, en el cual vivimos, necesita belleza para no precipitar en la desesperación. La belleza, como la verdad, es lo que infunde alegría en el corazón de los hombres, es el fruto precioso que resiste a la degradación del tiempo, que une a las generaciones y las hace comulgar en la admiración. Y esto gracias a vuestras manos… Recordad que sois custodios de la belleza del mundo” (Ibídem).

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