La melodía quemada se echó contra el tragahumos solitario, aquel que deambulaba solitariamente marino entre el boscoso lápido. Ahí se encontró a esta flor musical que daba brincos de delfín y que burlescamente se creía flotante y llena de libros.
La sal ensimismada encareció a un violento pulpo y este derramó su tinta en el pastel de las nubes.
Veroma asintió la cuarta estepa y se dejó caer en las varas, dejando ver entre su crepúsculo un ojo de gato y un diente de león. Sopló al aire para despeinarse los dedos y rayó la tierra con sus dos notas.
Nadie ha corrido tan cerca de un caracol porque tiene el dominio del tiempo de agua, de gota furtiva entrecortada y amarillenta, la mantis trajo consigo una voz me dejó sin ritmos.
La sal ensimismada encareció a un violento pulpo y este derramó su tinta en el pastel de las nubes.
Veroma asintió la cuarta estepa y se dejó caer en las varas, dejando ver entre su crepúsculo un ojo de gato y un diente de león. Sopló al aire para despeinarse los dedos y rayó la tierra con sus dos notas.
Nadie ha corrido tan cerca de un caracol porque tiene el dominio del tiempo de agua, de gota furtiva entrecortada y amarillenta, la mantis trajo consigo una voz me dejó sin ritmos.
♫ La linea del horizonte de Bosques de mi Mente
2 comentarios:
se me hace ke ese mushasho se droga...
tssss!!!!! inspirador!!!!! y aderezado con bosques de mi mente, gran resultado, abrashos!
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